Pequeño
cuento de Navidad
Había un matrimonio joven muy pobre y
como casi todos los pobres. Honrado cuestión que ya nos da una cierta pista de
dónde provenía su pobreza. Esa joven pareja se quería mucho y estaban a punto
de tener un hijo.
Por aquellas casualidades de la vida,
como tantas personas de este mundo, habían nacido en un país equivocado, un lugar muy y muy pobre, como tantos
lugares hay en el mundo, donde prácticamente no había nada que comer. Vivian en una barraca de adobe
donde el baño no existía y el comedor, la cocina y el dormitorio compartían el
mismo espacio.
Los que mandaban en este país, uno de
tantos países equivocados para nacer,
vivían muy bien, comían de todo, tenían grandes casas y compraban armas de
guerra a los países ricos para poder seguir mandando. Unos países ricos (no equivocados para nacer) con fábricas
para hacer armas de matar que les reportaba muchos beneficios económicos gracias
a que los amos de países equivocados compraban
mucho material militar, mientras los habitantes padecían hambre, enfermedades y
vivían atemorizados por los disparos y bombardeos contra la población civil.
El marido vio como muchas personas huían
de unos individuos armados que, sin razón aparente, llegaban al pueblo y
mataban familias enteras por el sólo hecho de no hacer lo que ellos querían o
por no tener las mismas creencias religiosas. Así entre la miseria y el miedo a
ser asesinados decidió marcharse con su familia hacia uno de los países no equivocados para poder darle
una mejor vida y futuro al hijo que esperaban. Allí pensaba podremos vivir más
dignamente.
Vendió las cuatro cosas que tenían y
iniciaron un viaje hacia un lugar no
equivocado para vivir. Durante el viaje lo pasaron muy mal porque algunos
los querían engañar y porque al ser invierno hacía mucho frio, pero finalmente
pagando y corriendo el riesgo de morir, consiguieron llegar con una barquita a uno de los países no equivocados que era
su sueño.
Cuando llegaron lo primero que sintieron
por parte de algunos fue” mira estos que
cara tienen, vienen aquí para tener su hijo a cuenta nuestra. Que se vayan a su
casa y no vengan aquí arruinar nuestra sanidad” . Al oír esto, el hombre
tuvo miedo y caminando encontraron un
refugio en medio del campo, una especie de establo con paja dónde había una
vaca y una mula. Ante el inminente parto de su esposa, decidieron refugiarse
allí.
Cuando el niño nació decidieron ponerle
por nombre Jesús ya que en este país no
equivocado para nacer y vivir aquel era el nombre del hijo de su Dios. Habían
oído que la gente hablaba muy bien de el por qué decía cosas muy buenas como
que las personas debían amarse los unos con los otros tal como él los había amado.
Pero mira por dónde al cabo de un tiempo
aparecieron unas personas uniformadas que les preguntaron quienes eran y que
documentación tenían. El padre les dijo que se llamaba José y su esposa María y
que el niño recién nacido Jesús. Como respuesta recibieron unas fuertes
carcajadas y el comentario “Si, ahora te
inventas estos nombres para que os tengamos pena. Todos sois iguales, unos
mentirosos que solo venís aquí para cobrar subsidios a costa de todos nosotros.
Has oído, estos dicen que son José, María y Jesús, que os parece los llevamos
al manicomio”. Les dijeron que estaban ocupando una propiedad privada y que
el propietario, que estaba a punto de ir a la iglesia a la misa del Gallo, los había
llamado para que desalojaran inmediatamente este lugar.
Cuando José comenzaba a recoger lo poco
que tenía en una bolsa y cubría al recién nacido con una pequeña manta que un
pastor que los había visto les había dado, empezó a pensar en el frío que pasarían
fuera del establo y como se lo harían para sobrevivir en este país que él
pensaba no equivocado para vivir..
De pronto aparecieron tres grupos de
personas que, avisadas por el pastor de lo que pasaba, se interpusieron entre
ellos y las personas uniformadas. Unos eran profesores y padres de la escuela
pública, otros que quería vivienda para todos y llevaban unas siglas que decían
anti-desahucios PAH, y los últimos eran médicos, enfermeras y ciudadanos/as que
querían una sanidad pública y universal.
Para José y María aquello era tres grandes
regalos, les dio muchos ánimos para seguir intentando tener una vida digna en
aquel país no equivocado para nacer y
ver como muchas personas luchaban para hacer realidad la palabra del Dios de
aquel país.
De golpe sobre el cielo apareció la car
de un señor con cabellos largos, barba y gafas entonando una canción:
Imagina que no hay cielo
es fácil si lo intentas
Sin infierno debajo nuestro
Encima de nosotros sólo un cielo azul
es fácil si lo intentas
Sin infierno debajo nuestro
Encima de nosotros sólo un cielo azul
Imagina que no hay países
no es difícil de hacer
Nadie por quien matar o morir
Ni tampoco religión
Imagínate a toda la gente
viviendo su vida en paz..
no es difícil de hacer
Nadie por quien matar o morir
Ni tampoco religión
Imagínate a toda la gente
viviendo su vida en paz..
Imagínate que no hay propiedad
no sé si podrás
Que no hay envidia ni hambre
personas que viven en armonía
Imagínate que todos
lo comparten en todo el mundo
no sé si podrás
Que no hay envidia ni hambre
personas que viven en armonía
Imagínate que todos
lo comparten en todo el mundo
Dirás que soy un soñador
pero no soy el único
y espero que algún día te unirás a nosotros
y entonces… habrá un solo mundo
pero no soy el único
y espero que algún día te unirás a nosotros
y entonces… habrá un solo mundo
Dedicado a los miles de persones
refugiadas que malviven en cualquier lugar del mundo i muy especialmente, a los
que hoy pasando frío y penalidades llegan a Europa huyendo de la guerra y la
miseria y a todos aquellos que llevan dentro de su
corazón la voluntad de hacer un planeta más humano.
Buenas y solidarias Fiestas de Navidad
Ramon Martos Diciembre 2019