miércoles, 11 de diciembre de 2019

Pequeño cuento de Navidad




Pequeño cuento de Navidad

Había un matrimonio joven muy pobre y como casi todos los pobres. Honrado cuestión que ya nos da una cierta pista de dónde provenía su pobreza. Esa joven pareja se quería mucho y estaban a punto de tener un hijo.

Por aquellas casualidades de la vida, como tantas personas de este mundo, habían nacido en un país equivocado, un lugar muy y muy pobre, como tantos lugares hay en el mundo, donde prácticamente no había nada  que comer. Vivian en una barraca de adobe donde el baño no existía y el comedor, la cocina y el dormitorio compartían el mismo espacio.

Los que mandaban en este país, uno de tantos países equivocados para nacer, vivían muy bien, comían de todo, tenían grandes casas y compraban armas de guerra a los países ricos para poder seguir mandando. Unos países ricos (no equivocados para nacer) con fábricas para hacer armas de matar que les reportaba muchos beneficios económicos gracias a que los amos de países equivocados compraban mucho material militar, mientras los habitantes padecían hambre, enfermedades y vivían atemorizados por los disparos y bombardeos contra la población civil.

El marido vio como muchas personas huían de unos individuos armados que, sin razón aparente, llegaban al pueblo y mataban familias enteras por el sólo hecho de no hacer lo que ellos querían o por no tener las mismas creencias religiosas. Así entre la miseria y el miedo a ser asesinados decidió marcharse con su familia hacia uno de los países no equivocados para poder darle una mejor vida y futuro al hijo que esperaban. Allí pensaba podremos vivir más dignamente.






Vendió las cuatro cosas que tenían y iniciaron un viaje hacia un lugar no equivocado para vivir. Durante el viaje lo pasaron muy mal porque algunos los querían engañar y porque al ser invierno hacía mucho frio, pero finalmente pagando y corriendo el riesgo de morir, consiguieron llegar con una barquita a uno de los países no equivocados que era su sueño.



Cuando llegaron lo primero que sintieron por parte de algunos fue” mira estos que cara tienen, vienen aquí para tener su hijo a cuenta nuestra. Que se vayan a su casa y no vengan aquí arruinar nuestra sanidad” . Al oír esto, el hombre tuvo miedo y  caminando encontraron un refugio en medio del campo, una especie de establo con paja dónde había una vaca y una mula. Ante el inminente parto de su esposa, decidieron refugiarse allí.

Cuando el niño nació decidieron ponerle por nombre Jesús ya que en este país no equivocado para nacer y vivir aquel era el nombre del hijo de su Dios. Habían oído que la gente hablaba muy bien de el por qué decía cosas muy buenas como que las personas debían amarse los unos con los otros tal como él los había amado.


Pero mira por dónde al cabo de un tiempo aparecieron unas personas uniformadas que les preguntaron quienes eran y que documentación tenían. El padre les dijo que se llamaba José y su esposa María y que el niño recién nacido Jesús. Como respuesta recibieron unas fuertes carcajadas y el comentario “Si, ahora te inventas estos nombres para que os tengamos pena. Todos sois iguales, unos mentirosos que solo venís aquí para cobrar subsidios a costa de todos nosotros. Has oído, estos dicen que son José, María y Jesús, que os parece los llevamos al manicomio”. Les dijeron que estaban ocupando una propiedad privada y que el propietario, que estaba a punto de ir a la iglesia a la misa del Gallo, los había llamado para que desalojaran inmediatamente este lugar.

Cuando José comenzaba a recoger lo poco que tenía en una bolsa y cubría al recién nacido con una pequeña manta que un pastor que los había visto les había dado, empezó a pensar en el frío que pasarían fuera del establo y como se lo harían para sobrevivir en este país que él pensaba no equivocado para vivir..

De pronto aparecieron tres grupos de personas que, avisadas por el pastor de lo que pasaba, se interpusieron entre ellos y las personas uniformadas. Unos eran profesores y padres de la escuela pública, otros que quería vivienda para todos y llevaban unas siglas que decían anti-desahucios PAH, y los últimos eran médicos, enfermeras y ciudadanos/as que querían una sanidad pública y universal.
Para José y María aquello era tres grandes regalos, les dio muchos ánimos para seguir intentando tener una vida digna en aquel país no equivocado para nacer y ver como muchas personas luchaban para hacer realidad la palabra del Dios de aquel país.

De golpe sobre el cielo apareció la car de un señor con cabellos largos, barba y gafas entonando una canción:  
Imagina que no hay cielo
es fácil si lo intentas
Sin infierno debajo nuestro
Encima de nosotros sólo un cielo azul
Imagina que no hay países
no es difícil de hacer
Nadie por quien matar o morir
Ni tampoco religión
Imagínate a toda la gente
viviendo su vida en paz..
Imagínate que no hay propiedad
no sé si podrás
Que no hay envidia ni hambre
 personas que viven en armonía
Imagínate que todos
lo comparten en todo el mundo
Dirás que soy un soñador
pero no soy el único
y espero que algún día te unirás a nosotros
y entonces… habrá un solo mundo

Dedicado a los miles de persones refugiadas que malviven en cualquier lugar del mundo i muy especialmente, a los que hoy pasando frío y penalidades llegan a Europa huyendo de la guerra y la miseria y a todos aquellos que llevan dentro de su corazón la voluntad de hacer un planeta más humano.

Buenas y solidarias Fiestas de Navidad
Ramon Martos Diciembre 2019