viernes, 7 de septiembre de 2018

Los flautistas de Hamelines



Unos fantasmas recorren Europa…y son los ultranacionalismos que ya nos condujeron a dos guerras mundiales en el siglo XX. Han cambiado sus enemigos que justificaban sus proclamas si antes fueron los judíos y los rojos ahora son los emigrantes pobres que llegan a Europa como pueden, huyendo de las guerras y la miseria que asola sus países o los diferentes niveles de riqueza entre regiones. Siempre el odio al otro, sobre todo si es pobre, como culpable de todos los males actuales o de futuro.

Han cambiado también la forma, con el ataque sistemático y tacticista a la Unión Europea por parte de los portaestandartes de la xenofobia y el odio, usando la retórica antieuropea, para renacionalizar la política y romper lo que en mi opinión es el mayor proyecto de paz y cooperación entre naciones del mundo. Utilizando el simplismo, la visión de la Unión Europea en blanco o negro con frases como “Roma ladrona” “Bruselas nos roba”, “Madrid nos roba” “primero los de casa”, ¿les suena? y otras lindezas absolutamente banales, que ha llevado al Brexit a UK. que ha llevado al poder a gente como Matteo Salvini en Italia que propone un registro de las personas de etnia gitana y frases ofensivas para los italianos del Sur, aplaudido por la Le Pen del Frente Nacional Francés, por los partidos flamencos belgas xenófobos que en ocasiones ondean la bandera de las Waffen SS de la Bélgica pro-nazi haciendo frente común con el coro de gobiernos ultramontanos como los de Polonia, Hungría y Austria cuyo gobierno ya quiere repartir la ciudadanía austríaca a las personas del Tirol italiano por que hablan alemán ¿a que recuerda todo esto?. Saramago ya lo dejó escrito hace unos años:

Los fascistas del futuro no van a tener aquel estereotipo de Hitler o de Mussolini. No van a tener aquel gesto de duro militar. Van a ser hombres o mujeres hablando de todo aquello que la mayoría quiere oír. Sobre bondad, familia, buenas costumbres religión y ética. En esa hora va a surgir un nuevo demonio, y tan pocos van a percibir que la historia se está repitiendo. (José Saramago1922-2010).

Los huevos de las serpientes del odio y la segregación se van depositando en gran parte de la vieja Europa con el objetivo de romper el mejor proyecto que se ha realizado a partir de mediados del siglo XX, la Unión Europea. Este gran proyecto, con todas sus limitaciones, ha sido y es el elemento aglutinador, diverso y de progreso del conjunto de los ciudadanos/as basado en la solidaridad el respeto de todos los que en ella conviven, una historia de éxito con unos valores basados en la declaración de los derechos humanos. Este ataque por parte de la extrema-derecha nacionalista europea no es tanto para su mejora y mejor integración, cuestiones  necesarias como patria de todos los europeos sino para volver a los estados tribu que tanto daño han hecho en el pasado y que desde un punto de vista geopolítico tantas fuerzas externas como el actual presidente de EE.UU, el de Rusia.. desean que triunfen para la desintegración de la Comunidad Europea, a la que estos flautistas de hamelines nos quieren llevar.

A todo este coro de ultrapatriotas flautistas de primero lo mío, de los nuestros y los otros, del blanco o negro de este trozo de tierra es mío, cuando el proyecto europeo es el proceso de una construcción colectiva, se le une la izquierda frustrada, situada a la izquierda de los partidos socialdemócratas, haciendo de acompañantes de esta banalidad que usa el ultranacionalismo como arma. ¿Cómo personas u organizaciones que se dicen de izquierdas como Melenchon en Francia o en Espanya sectores de IU o en Catalunya la CUP pueden desear la desaparición de la Unión Europea?, ¿sólo por la frustración de no conseguir parlamentarios suficientes porque en sus países no les votan mayoritariamente?, ¿es la incapacidad para tener una mayoría en el parlamento de Bruselas ser suficiente para irse?. Si en el conjunto del Parlamento europeo la mayoría la obtienen partidos de derecha o liberales será porque el proyecto de la izquierda no merece la confianza de muchos votantes, entonces ¿es esto suficiente para querer irse? o es motivo de reflexionar que está pasando.

Los flautistas de Hamelines han conseguido con las banalidades nacionalistas que ellos representan y sus mensajes simplistas traer a su estrategia destructiva contra la Unión Europea y sus valores no solamente a una parte importante de la población sino también a la izquierda radical. Dios mío que panorama. Algo va mal. Decía Matteo Salvini (Ministro interior italiano) el pasado 17 de abril en una concentración de su partido “Pienso en una Liga de Ligas en Europa que incluya a todos los movimientos libres y soberanos que quieran defender sus propias fronteras y el bienestar de sus hijos”. Lo dijo con un rosario en las manos (si Jesucristo levantara la cabeza), señaló y saludó las banderas, colocadas en primera fila, entre ellas la de Rusia y la independentista de Catalunya, uno de ellos Luca Bresciano con la bandera independentista catalana dijo “queremos la libertad de nuestros hermanos catalanes” mientras su partido, entre otras lindezas, quiere quitar subvenciones a las asociaciones LGTB y dicen pestes de las ONG. Es un buen ejemplo de lo que Saramago ya intuyó. La propuesta es una Europa cerrada un mosaico troceado con fronteras delimitadas incluso con murallas. O una Europa sin fronteras o fronteras sin Europa.

La socialdemocracia europea, los Verdes, las fuerzas liberales, el centro derecha en fin todos los que apuestan por este gran proyecto colectivo de la Unión Europea, tiene la responsabilidad de plantar cara a estos ataques que buscan la desintegración. Es lo que Martin Schulz (diputado socialdemócrata alemán) llama la revolución de la decencia. El simplismo en política que, como siempre es, en general el problema entre ricos y pobres no es ninguna casualidad y que busca un chivo expiatorio para desviar la atención y crear enemigos, en este caso la emigración o regiones menos ricas para situar a la opinión pública fuera de lo que realmente importa cómo es el que hoy en el mundo 85 personas tienen tantos recursos como la mitad de habitantes del planeta. Este es el verdadero problema.

La humanidad merece algo mejor que ponernos a pelear por trozos del planeta Tierra mientras acaparan sus recursos unos pocos. Somos la especie humana, vivamos dónde vivamos y vengamos de donde vengamos des de la diversidad con total respeto a los derechos humanos, con la democracia como herramienta de esta convivencia y con la redistribución de la riqueza como elemento clave para la equidad, se puede alcanzar no un mundo perfecto pero si uno más humano y fraterno. La actual Unión Europea es el mejor pilar para el progreso y la cooperación colectiva entre todos. En mi opinión hoy esta es nuestra actual Icaria la que entre todos tenemos que defender y mejorar para ello es necesario actualmente estar más unidos que nunca en el actual marco de la Unión Europea, avanzar más si cabe en su integración como mejor manera de responder a este conglomerado de flautistas de Hamelines. El proyecto de Unión Europea es lo importante el resto es secundario.

Ramon Martos