Unos fantasmas recorren
Europa…y son los ultranacionalismos que ya nos condujeron a dos guerras
mundiales en el siglo XX. Han cambiado sus enemigos que justificaban sus
proclamas si antes fueron los judíos y los rojos ahora son los emigrantes
pobres que llegan a Europa como pueden, huyendo de las guerras y la miseria que
asola sus países o los diferentes niveles de riqueza entre regiones. Siempre el
odio al otro, sobre todo si es pobre, como culpable de todos los males actuales
o de futuro.
Han cambiado también la
forma, con el ataque sistemático y tacticista a la Unión Europea por parte de
los portaestandartes de la xenofobia y el odio, usando la retórica antieuropea,
para renacionalizar la política y romper lo que en mi opinión es el mayor
proyecto de paz y cooperación entre naciones del mundo. Utilizando el simplismo,
la visión de la Unión Europea en blanco o negro con frases como “Roma ladrona”
“Bruselas nos roba”, “Madrid nos roba” “primero los de casa”, ¿les suena? y
otras lindezas absolutamente banales, que ha llevado al Brexit a UK. que ha
llevado al poder a gente como Matteo Salvini en Italia que propone un registro
de las personas de etnia gitana y frases ofensivas para los italianos del Sur,
aplaudido por la Le Pen del Frente Nacional Francés, por los partidos flamencos
belgas xenófobos que en ocasiones ondean la bandera de las Waffen SS de la Bélgica
pro-nazi haciendo frente común con el coro de gobiernos ultramontanos como los
de Polonia, Hungría y Austria cuyo gobierno ya quiere repartir la ciudadanía
austríaca a las personas del Tirol italiano por que hablan alemán ¿a que
recuerda todo esto?. Saramago ya lo dejó escrito hace unos años:
Los fascistas del futuro no van a tener aquel estereotipo
de Hitler o de Mussolini. No van a tener aquel gesto de duro militar. Van a ser
hombres o mujeres hablando de todo aquello que la mayoría quiere oír. Sobre
bondad, familia, buenas costumbres religión y ética. En esa hora va a surgir un
nuevo demonio, y tan pocos van a percibir que la historia se está repitiendo. (José
Saramago1922-2010).
Los huevos de las
serpientes del odio y la segregación se van depositando en gran parte de la
vieja Europa con el objetivo de romper el mejor proyecto que se ha realizado a partir
de mediados del siglo XX, la Unión Europea. Este gran proyecto, con todas sus
limitaciones, ha sido y es el elemento aglutinador, diverso y de progreso del
conjunto de los ciudadanos/as basado en la solidaridad el respeto de todos los que
en ella conviven, una historia de éxito con unos valores basados en la
declaración de los derechos humanos. Este ataque por parte de la
extrema-derecha nacionalista europea no es tanto para su mejora y mejor
integración, cuestiones necesarias como
patria de todos los europeos sino para volver a los estados tribu que tanto
daño han hecho en el pasado y que desde un punto de vista geopolítico tantas
fuerzas externas como el actual presidente de EE.UU, el de Rusia.. desean que
triunfen para la desintegración de la Comunidad Europea, a la que estos
flautistas de hamelines nos quieren llevar.
A todo este coro de
ultrapatriotas flautistas de primero lo mío, de los nuestros y los otros, del
blanco o negro de este trozo de tierra es mío, cuando el proyecto europeo es el
proceso de una construcción colectiva, se le une la izquierda frustrada, situada
a la izquierda de los partidos socialdemócratas, haciendo de acompañantes de esta
banalidad que usa el ultranacionalismo como arma. ¿Cómo personas u
organizaciones que se dicen de izquierdas como Melenchon en Francia o en
Espanya sectores de IU o en Catalunya la CUP pueden desear la desaparición de la
Unión Europea?, ¿sólo por la frustración de no conseguir parlamentarios
suficientes porque en sus países no les votan mayoritariamente?, ¿es la
incapacidad para tener una mayoría en el parlamento de Bruselas ser suficiente
para irse?. Si en el conjunto del Parlamento europeo la mayoría la obtienen
partidos de derecha o liberales será porque el proyecto de la izquierda no
merece la confianza de muchos votantes, entonces ¿es esto suficiente para querer
irse? o es motivo de reflexionar que está pasando.
Los flautistas de
Hamelines han conseguido con las banalidades nacionalistas que ellos
representan y sus mensajes simplistas traer a su estrategia destructiva contra
la Unión Europea y sus valores no solamente a una parte importante de la
población sino también a la izquierda radical. Dios mío que panorama. Algo va
mal. Decía Matteo Salvini (Ministro interior italiano) el pasado 17 de abril en
una concentración de su partido “Pienso
en una Liga de Ligas en Europa que incluya a todos los movimientos libres y
soberanos que quieran defender sus propias fronteras y el bienestar de sus
hijos”. Lo dijo con un rosario en las manos (si Jesucristo levantara la
cabeza), señaló y saludó las banderas, colocadas en primera fila, entre ellas
la de Rusia y la independentista de Catalunya, uno de ellos Luca Bresciano con
la bandera independentista catalana dijo “queremos
la libertad de nuestros hermanos catalanes” mientras su partido, entre
otras lindezas, quiere quitar subvenciones a las asociaciones LGTB y dicen
pestes de las ONG. Es un buen ejemplo de lo que Saramago ya intuyó. La
propuesta es una Europa cerrada un mosaico troceado con fronteras delimitadas incluso
con murallas. O una Europa sin fronteras o fronteras sin Europa.
La socialdemocracia
europea, los Verdes, las fuerzas liberales, el centro derecha en fin todos los
que apuestan por este gran proyecto colectivo de la Unión Europea, tiene la
responsabilidad de plantar cara a estos ataques que buscan la desintegración. Es
lo que Martin Schulz (diputado socialdemócrata alemán) llama la revolución de
la decencia. El simplismo en política que, como siempre es, en general el
problema entre ricos y pobres no es ninguna casualidad y que busca un chivo
expiatorio para desviar la atención y crear enemigos, en este caso la
emigración o regiones menos ricas para situar a la opinión pública fuera de lo
que realmente importa cómo es el que hoy en el mundo 85 personas tienen tantos
recursos como la mitad de habitantes del planeta. Este es el verdadero problema.
La humanidad merece algo
mejor que ponernos a pelear por trozos del planeta Tierra mientras acaparan sus
recursos unos pocos. Somos la especie humana, vivamos dónde vivamos y vengamos
de donde vengamos des de la diversidad con total respeto a los derechos
humanos, con la democracia como herramienta de esta convivencia y con la
redistribución de la riqueza como elemento clave para la equidad, se puede alcanzar
no un mundo perfecto pero si uno más humano y fraterno. La actual Unión Europea
es el mejor pilar para el progreso y la cooperación colectiva entre todos. En
mi opinión hoy esta es nuestra actual Icaria la que entre todos tenemos que
defender y mejorar para ello es necesario actualmente estar más unidos que
nunca en el actual marco de la Unión Europea, avanzar más si cabe en su
integración como mejor manera de responder a este conglomerado de flautistas de
Hamelines. El proyecto de Unión Europea es lo importante el resto es
secundario.
Ramon Martos
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